Real humans, Äkta människor para
los amigos, es una serie de ciencia ficción que no he visto en versión original
porque…bueno, por lo que sea mi sueco está algo oxidado. Las producciones escandinavas
llevan un tiempo pegando fuerte, aunque siempre girando alrededor de la
temática noir: misterios y asesinatos
con una gran dosis de duro retrato social. Son precisamente esas pinceladas de swedish way of life, tan alejadas de nuestro
estilo de vida mediterráneo (por llamarlo de algún modo), las que hacen que esta producción ci-fi resulte aún más
sorprendente.
Se nos presenta un futuro no muy
lejano, o un presente alternativo, (quizás más bien un pasado alternativo, porque los móviles son de los de teclas y los coches unas antiguallas) en el que los robots de compañía de aspecto
humano, llamados hubots, son
habituales. Estos androides son capaces de pensar y tomar decisiones, siendo
aptos para realizar todo tipo de trabajos a cambio tan solo de una recarga de
baterías al final del día. Se compran en tiendas y si se estropean simplemente
se reparan o se cambian por otros. Como cualquier electrodoméstico.
El problema de que estos aparatos
se asemejen tanto a las personas es que surge un grupo organizado de
detractores, autodenominados “verdaderos humanos”, que se sienten amenazados
por los hubots, ya que según ellos les
roban sus empleos, rompen sus familias, y siempre tienen una exasperante sonrisa
programada en la cara. Además, algunos de los robots son hackeados infringiendo los protocolos legales y llegando a
transgredir las leyes de la robótica de Asimov,
perdiendo los filtros que les impiden desobedecer o dañar a los humanos.
Encontramos varias tramas que se
entrecruzan y ofrecen un mosaico de los dilemas que presenta la creación, o la
convivencia, con máquinas humanizadas. Se plantean los clásicos debates
filosóficos y dilemas éticos sobre la humanidad, los derechos y las libertades:
¿quién es responsable de las acciones de un hubot?,
¿tienen derechos?, ¿deberían recibir un salario por su trabajo?, ¿qué es lo que
nos hace humanos? Resulta cuanto menos perturbador ver a estos robots tan aparentemente
humanos, siendo vejados y usados como vulgares objetos. Al fin y al cabo,
sostienen muchos, eso es lo que son, simples muebles, máquinas como la batidora
o el ipad.
La serie combina ciencia ficción
clásica trasladada a nuestros días, con algo de romance, misterio y drama, coronados
con denuncia social de esta que te deja cierto mal cuerpo y un runrún en la
cabeza. Y todo esto con un bajo presupuesto: unas lentillas por aquí, un no
pestañear, un efecto de sonido por allá y voilá,
ya tienes un hubot.
Se estrenaron dos temporadas de
diez capítulos de una hora cada una, en 2012 y 2013. A pesar de ser cancelada
tras la segunda entrega sin un final cerrado, la serie tuvo tanto éxito en su
país de origen, que fue comprada por televisiones de 50 países más, siendo
calificada como obra maestra de la ciencia ficción actual. Y por supuesto ya
tiene en marcha un remake en EEUU.
Mi conclusión es que los suecos son
más raros que un perro verde, que se puede hacer ciencia ficción resultona con poco
dinero, y que ya nunca miraré a mi smartphone
con los mismos ojos. ¡Ah! Y que la serie mola, que casi se me olvida. Echadle
un ojo y me comentáis; kolla upp det och
jag säger.
Calificación IMDb: 8