martes, 1 de agosto de 2017

The Handmaid's Tale

¿Qué pasaría si dentro de, digamos, tres años hubiera una especie de revolución que impidiera a las mujeres trabajar y obligara a las fértiles a rotar de casa en casa para traer niños al mundo? ¿Qué pasaría si toda la sociedad lo aceptara y no hiciera nada al respecto? ¿Qué podría provocar que pasáramos de la época de los influencers, las compras online, el feminismo, la libertad de expresión, etc. a la puñetera Edad Media?



Espero que nada pudiera cambiar nuestras vidas y nuestra sociedad de forma tan radical, aunque tener al señor del peluquín dirigiendo una de las naciones más importantes del mundo no me ayuda a ser positiva al respecto. Pero para aquellos que os preguntéis cómo sería un futuro así, os recomiendo que veáis esta serie basada en la novela homónima de Margaret Atwood, una distopía que en ocasiones te pone los pelos de punta y que me hizo gritarle en repetidas ocasiones a la pantalla del televisor y desear la muerte a más de uno de los personajes.

La premisa inicial es que en un futuro no muy lejano las tasas de fertilidad bajan en picado debido a las enfermedades de transmisión sexual y a la contaminación. Esta situación límite es el caldo de cultivo perfecto para que un grupo ultrarreligioso radical llamado "Hijos de Jacob" ataque al Congreso de los Estados Unidos, eliminando la constitución y estableciendo un nuevo régimen totalitario en la llamada "República de Gilead". 

Esta nueva nación tiene una estricta jerarquía social, con uniformes incluidos, en la que las mujeres están totalmente subyugadas y por ley no pueden trabajar, tener posesiones, ni leer. Además, basándose en una interpretación radical del Antiguo Testamento, todas las mujeres fértiles son obligadas a convertirse en "handmaids" o criadas, lo que viene a ser esclavas sexuales cuyo único propósito es dar descendencia a los matrimonios de clase dominante (los comandantes y sus esposas). Dichas violaciones se producen una vez al mes en una ritualizada y pretendidamente aséptica  ceremonia que incluye la participación de la señora de la casa. 



La historia nos la cuenta Offred (literalmente "de Fred", ya que las doncellas adoptan el nombre del comandante al que sirven), una Elisabeth Moss conmovedora que me gusta mucho más que en la serie que le hizo famosa, Mad Men. En este entorno en el que cualquiera puede delatarte si das un paso en falso, en el que las torturas y  ejecuciones están a la orden del día, lo único que da fuerza a la protagonista para sobrevivir es encontrar a la hija que le arrebataron al convertirla en doncella. 

Esta primera temporada consta de diez capítulos de una hora cada uno y se prevé una segunda temporada para 2018. Yo la esperaré ansiosa porque, aparte de tener una estética, fotografía y música súper cuidados, me ha removido algo por dentro, realmente me ha dado mucho que pensar y ha provocado horas de debate y divagaciones filosóficas sobre el bien, el mal y el comportamiento humano. ¿Que me he puesto algo intensita? Pues puede ser, pero os invito a que veáis esta serie y me digáis si exagero o no.



Calificación en IMDb: 8'7

Mi calificación: 9'5

martes, 18 de julio de 2017

Big Little Lies

Las vacaciones de verano, una suscripción a HBOEspaña y las buenas críticas que había leído, me llevaron a ver esta miniserie estadounidense estrenada a principios de año. Basada en el bestseller homónimo, está producida por el omnipresente David E. Kelley y por dos de las actrices protagonistas, Reese Witherspoon y Nicole Kidman.  


Durante siete episodios de una hora cada uno, se va desarrollando la historia de un grupo de mujeres aparentemente perfectas de un pequeño pueblo de Monterrey, en el norte de California. La trama comienza con la llegada a la comunidad de una misteriosa madre soltera (la divergente Shailene Woodley), gracias a la cual iremos viendo cómo las vidas de las protagonistas no son, ni por asomo, como aparentan ser.

La original manera de presentar la historia, comenzando por un asesinato durante un evento para recaudar fondos del colegio de primaria, del que no sabremos víctima, culpable ni circunstancias hasta el último episodio y desglosando la historia a través de flashbacks y entrevistas policiales, hace que ver la serie sea como presenciar una catástrofe inevitable a cámara lenta y sin poder apartar los ojos de la misma. Aunque, en el fondo, dicho asesinato no es más que una excusa para contar otras cosas.


Así, lo que podría parecer un culebrón intrascendente sobre un grupo de mujeres que pueden permitirse alquilar limusinas para las fiestas infantiles de sus hijos, acaba sin embargo siendo un retrato femenino profundo y desgarrador, con un inesperado desarrollo de las tramas y un tono oscuramente cómico. Lo que a priori parece un clásico relato de mentiras, sexo y escándalos de patio de colegio, acaba tratando temas como la violencia doméstica, el acoso escolar e incluso el asesinato.

Sin duda, es una serie sobre mujeres, mujeres que, a pesar de su elevado estatus social, tienen que luchar contra prejuicios, expectativas, tentaciones, agresiones, etc. Big Little Lies reclama la posición de las mujeres en la sociedad, en la vida y, de paso, en las series. No en vano, gran parte de su reparto estelar, formado en su mayoría por actrices más allá de la cuarentena, ha sido nominado para los premios Emmy de este año, junto con la serie en sí, cuyo guión, banda sonora e imagen están más que cuidados.


Aunque en teoría se trataba de una temporada autoconclusiva, parece ser que la presión ejercida por los fans, que siguen queriendo saber más sobre la intimidad de estos personajes femeninos tan fuertes y bien construidos, podría dar lugar a una segunda temporada. ¿Son los personajes y la trama demasiado buenos como para dejarlos marchar? En mi opinión, en ocasiones es mejor una retirada a tiempo, pero, ¡qué retirada!

Calificación IMDb: 8’7

Mi calificación: 9

domingo, 9 de abril de 2017

Tú, yo y el Apocalipsis

Mira que me habían avisado, no puedo decir que no supiera que iba a ser un “rollo” de una temporada, pero aun así me lancé y...ahora no puedo olvidarla. La primera vez que supe de su existencia fue en una de esas listas que adoro, tipo: “Diez series infravaloradas que deberías ver”.  Les hice caso y nada, aquí estoy, recomendándola a pesar del vacío que ha dejado en mi interior.



La culpable de mi dolor es una serie cómica sobre los últimos días de la humanidad. Sí, hay lugar para el humor durante el Apocalipsis. El planteamiento es muy sencillo: cuando salta la noticia de que un cometa colisionará inevitablemente contra la Tierra en 34 días, se inicia una alocada sucesión de acontecimientos marcados por la fatal cuenta atrás de nuestro planeta. La trama se centra en un ecléctico grupo de personajes aparentemente inconexos, que se enfrentan al inminente fin del mundo cada uno a su manera. El caos, la esperanza y la voluntad de realizar deseos ocultos marcarán los últimos días de la humanidad y de nuestros anómalos protagonistas.





Tenemos a un sacerdote cínico y deslenguado (un Rob Lowe al que ya le tenía cariñito por Parks and Recreation y al que ahora no puedo más que adorar), que trabaja desenmascarando a falsos mesías como abogado del diablo junto a su nueva y tímida ayudante, una monja que curiosamente como más guapa está es con el hábito y la toca. También conoceremos a una bibliotecaria encerrada en prisión por un crimen que no cometió, que se encuentra involuntariamente bajo la protección de una neonazi loca (válgame la redundancia); a un aburrido empleado de banca traumatizado por la desaparición de su esposa; a unos militares que intentan evitar la colisión del cometa y un largo pero interesante ETC. Como podemos ver en la intro de la serie, algunos de ellos estarán destinados a encontrarse en un búnker en Slough (Inglaterra) y convertirse en el improbable futuro de la humanidad. Cojonudo.


Se trata de una producción de 2015 de la cadena inglesa Sky coproducida por la americana NBC, y de hecho la trama se desarrolla entre Gran Bretaña y Estados Unidos. La fusión funciona, aunque el tono dramático-humorístico que la hace tan especial es sin duda 100% british. Visualmente resulta muy atractiva, y la trama es sorprendente, divertida y original. ¿Lo único malo? Que consta, como yo ya sabía antes de engancharme a ella, de una sola temporada de diez capítulos. He leído que al tratar sobre el fin del mundo era lógico que su duración estuviera limitada, blabla, blibli, pero cuando anoche vi el último capítulo, no sólo cogí traumita sino que me quedé con un montón de dudas que una desesperada búsqueda por internet no logró quitarme de encima. Hacía mucho tiempo que el final de una serie no me dejaba con esta sensación de: “¡Quiero más, cabr*nes!”. Así que la única esperanza que me queda es recomendárosla para tener a alguien más  con quien comentarla y elaborar teorías y oye, quién sabe, igual si nos juntamos muchos fanses y nos ponemos pesados va y hacen otra temporada, ¿no? ;)


Calificación en IMDb: 7’8
Mi calificación: 9’2

domingo, 26 de marzo de 2017

Dirk Gently's Holistic Detective Agency

En mi empeño por ofreceros un surtido variado de series con las que llenar vuestros momentos de ocio casero, os traigo hoy una reseña que no voy a negar me ha resultado difícil de calificar, desmenuzar y explicar. De hecho acabé de ver esta serie el fin de semana pasado y aun no estoy segura de haber captado todos los niveles de locura y caos que presenta.
Para intentar entenderla, empecemos por los orígenes: esta serie de BBC América para Netflix no es la primera adaptación que se hace de la trilogía homónima inacabada de Douglas Adams (autor de la Guía del autoestopista galáctico). Dichas novelas son una mezcla de thriller con ciencia ficción y comedia, llenas de situaciones y personajes disparatados. En 2010, la BBC lanzó un capítulo piloto basado en este proyecto, pero no fue hasta dos años después que se emitieron otros tres capítulos, con unos niveles de audiencia muy por debajo de lo esperado por la cadena. Sin embargo, esta nueva adaptación libre de ocho capítulos de una hora parece haber tenido una acogida lo suficientemente buena como para rodar una segunda temporada a estrenar en octubre de este mismo año.


En el primer capítulo vemos cómo un botones de hotel fracasado (Elijah Wood y su cara de eterno alucinado) se ve implicado en un extrañísimo asesinato y es “contratado” como ayudante de un detective holístico. ¿Eso qué é lo que é? Pues según el susodicho Dirk Gently, todo está conectado y se puede resolver cualquier crimen o misterio siguiendo la interconexión fundamental de todas las cosas, por nimias o improbables que parezcan. Para enredar aún más la cosa, este estrafalario detective dice haber sido contratado por la víctima para investigar su propia muerte seis meses antes del  asesinato. WTF? Pues eso, que la serie se las trae.
Los protagonistas irán siguiendo una serie de pistas, mentira, se irán dando de morros con una serie de casualidades interconectadas, situaciones absurdas y unos cuantos personajes estrambóticos mientras intentan resolver el asesinato y encontrar a la desaparecida hija de la víctima. Entre la galería de frikis que se encuentran en el camino estos detectives de casualidades, tenemos desde agentes del FBI hasta una asesina holística, pasando por unos anarquistas con curiosas habilidades sensoriales y un largo etcétera de pirados.


A mí por momentos me recordaba a Utopía, por la música, el colorido y esos personajes tan raros y poco agraciados. La presentación sin embargo tiene toques que recuerdan a la de El ministerio del tiempo y a la de Stranger things (toma mash up) y mi amiga Maria la describe como “Doctor Who on drugs”. Esto último tampoco es de extrañar, dado que Douglas Adams fue el guionista de varios capítulos del Doctor y de hecho escribió las aventuras de Dirk Gently como un posible spin-off salido del universo whovian. El parecido es inevitable.

En resumen, el planteamiento de la trama es enrevesado, un caos ordenado en el que las piezas van encajando poco a poco, a veces de manera surrealista y absurda, pero natural en cierto modo. La cantidad de subtramas y personajes puede echar atrás al espectador medio, pero sin duda atrapará a los adeptos a las comedias cósmicas británicas (sí, eso existe). Puede que, como yo, haya momentos en los que ni siquiera entendáis lo que estáis viendo, pero sin duda esta serie tiene algo que engancha y que te obliga a seguir mirando aunque sea para intentar encontrar respuestas. Puede no haber sido mi serie favorita del mundo pero me he reído, me ha descolocado y me ha entretenido hasta el final. Y además me ha dado que pensar: ¿existen realmente las casualidades o todo tiene un porqué? Con esta duda filosófica os dejo, ¡nos vemos por las redes!

Calificación IMDb: 8’6

Mi calificación: 7



domingo, 5 de marzo de 2017

Parks and Recreation

Ocho meses después, he decidido retomar este blog por varias razones: me he comprado un portátil que no va a pedales, tengo mi primer domingo ocioso en meses y he terminado una serie que no es nueva en absoluto, pero que me ha encantado y finalizarla ha dejado un pequeño agujerito en mi corazón seriófilo.
Vuelvo pues de mi “breve” retiro para hablaros de Parks and Recreation, una comedia estadounidense de la NBC estrenada en 2009. Se emitieron en total 125 episodios de 20-30 minutos repartidos entre siete temporadas. La última temporada, ambientada y emitida tres años después de la sexta es, en mi opinión, la más floja, no dejando por ello de ser divertida.


La serie nos muestra el día a día de los trabajadores del Departamento de Parques y Recreación (sí, esto existe) de la ficticia ciudad de Pawnee, Indiana. Está filmada en modo “mockumentary” (falso documental), al igual que The Office; de hecho, los detractores de Parks la acusaron de ser un mero plagio de ésta última al principio.
La trama comienza cuando una enfermera local pide ayuda a Leslie Knope, la subdirectora del departamento, después de que su novio (un Chris Pratt gordete, unos años antes de convertirse en el buenorro Starlord de Guardianes de la galaxia) se rompa las dos piernas al caer accidentalmente en el foso de un solar abandonado. La propuesta inicial es convertir dicho solar en un parque comunitario, pero lo que parecía un proyecto sencillo se convierte en una pesadilla burocrática.  Este problema sirve de excusa para que Leslie y su equipo inventen todo tipo de estrategias para lograr superar las múltiples trabas legales que se les presentan y para conseguir que los peculiares habitantes de la ciudad apoyen y financien el proyecto de remodelación del solar.


El guión está plagado de ese humor absurdo que tanto adoro, sostenido gracias a la miriada de personajes que conforman el “universo Parks”, tanto los propios trabajadores del departamento como los estrafalarios habitantes de Pawnee. Los protagonistas son seres humanos defectuosos pero entrañables, que se quieren de forma peculiar, y cuyas opiniones y reacciones resultan surrealistas e inexplicables la mayoría de las veces. Describirlos uno a uno sería innecesariamente largo, simplemente confiad en mí cuando os digo que es inevitable cogerles cariño a todos y cada uno por diferentes motivos.
De hecho, hace poco he leído sobre las “happy places”, series que crean un entorno acogedor para el espectador, haciéndole sentir de algún modo “como en casa”. Suelen ser comedias corales que consiguen que su público se sienta indirectamente incluido en las bromas internas de sus personajes. En mi opinión esta descripción encaja perfectamente con esta serie simpática y optimista sobre unos tipos algo raros en un ayuntamiento local. Es una comedia sin ninguna otra pretensión que hacernos felices durante veinte minutos, y eso siempre es de agradecer.


Parks consiguió un fandom muy numeroso en las redes sociales y fue nominada a distintos premios en multitud de ocasiones, aunque sólo se llevó el Globo de Oro a la mejor actriz de comedia para Amy Poehler en 2014. Sin embargo, al documentarme para escribir esta entrada, me ha sorprendido la cantidad de críticas negativas hacia la serie que he encontrado en medios especializados, pero eso es sólo porque los críticos no tienen ni puta idea. Yo sí, yo toda, por supuesto; hacedme caso y ved la serie, os aseguro que no pasará mucho tiempo hasta que queráis empadronaros en la ciudad de Pawnee: “Primera en amistad, cuarta en obesidad”.


Calificación en IMDb: 8’6

Mi calificación: 9’2