Los reality shows siempre
han atraído a los espectadores, quizás porque en el fondo todos llevamos un cotilla
en nuestro interior. El mundo de las series es consciente de ello y por eso son
varios los ejemplos que encontramos de falsos realities (el más claro y cercano
sería Modern Family). Investigando
sobre este tema he redescubierto el término "mockumentary", que hace
referencia a aquellas pelis o series que presentan hechos ficticios como si
fueran reales, usando para ello el estilo documental. Aunque la mayoría de las
veces el resultado es una parodia ("mock"), muchas otras el producto
puede tener un corte más bien dramático.
Un buen ejemplo de mockumentary
dramático sería esta serie que vi no hace mucho y de la que voy a hablaros hoy.
Siberia es una producción americana
de 2013 sobre un reality que consiste en enviar a 16 concursantes a Tunguska, Rusia
(¿a que no os lo esperabais por el título?). Allí los participantes deberán
intentar sobrevivir en medio de la nada, compitiendo contra los elementos y
entre ellos. Hasta ahí todo sería relativamente normal, peeeero va y resulta
que justo en ese territorio remoto ocurren cosas muy extrañas y misteriosas
desde hace más de cien años. Así, lo que en principio parecía un concurso de
supervivencia con sus correspondientes normas y sistemas de seguridad, se va
desmadrando poco a poco hasta convertirse en una verdadera lucha por la vida en
un ambiente altamente hostil.
Los concursantes presentan personalidades
y motivaciones muy diferentes, pero obviamente todos desean el medio millón de
dólares del premio. Tenemos varios arquetipos clásicos: el típico engreído que
ha venido aquí a jugar y no a hacer amigos, el señor mayor que cree saberlo
todo, la zorra manipuladora que se las ingenia para que los hombres lo hagan
todo por ella, etc, etc. Por supuesto prácticamente cada uno de ellos esconde
un gran secreto, y además la cosa se va complicando no sólo por los fenómenos
paranormales que empiezan a producirse, sino también por los vínculos de amor y
amistad que se van creando.
Al estar rodada
prácticamente en su totalidad por cámaras en mano mucha gente la ha comparado
con The Blair Witch Project, aunque
yo no le veo el parecido más allá de las escenas de terror en los bosques.
Cierto es que los temblores de cámara pueden llegar a resultar molestos y que probablemente
habría sido interesante más implicación por parte del equipo técnico en la
trama; notar su miedo y ver sus caras, en vez de usarlos como meros portadores
de cámaras y como una excusa para que veamos las imágenes de todo lo que
experimentan los concursantes del reality. Pero todo eso es medianamente comprensible,
lo que aun no he logrado entender es el final, que me resultó tan coitus
interruptus que tuve que repasar el listado de capítulos por si me había
saltado alguno sin darme cuenta. Más tarde leí que por problemas de
programación tuvieron que unir el penúltimo y el último capítulo, pero qué queréis
que os diga, me sigue pareciendo raro, raro,raro...
En conclusión: sí, se trata
un producto mejorable, pero en general a mí me pareció que se lograba bastante
el efecto de "realidad". Puedes llegar a creerte que ese grupo de
personas que nada tienen que ver entre sí acaban de conocerse en un concurso de
supervivencia, aunque para lograr este
efecto se sacrifiquen muchos minutos en charla sin importancia, chascarrillos y
chistes varios. Lo importante es que prácticamente cada capítulo acaba con un "cliffhanger"
(un giro de los acontecimientos que te deja con ganas de más hasta la próxima
entrega), y que poco a poco la trama se va poniendo intensa, y con eso ya fue
suficiente para entretenerme a mí. Aunque claro, nunca he dicho que no fuera
una chica fácil.
Nota IMDb: 7'1
Nota personal: 7