viernes, 4 de julio de 2014

True Detective

En algún momento tenía que escribir sobre el bombazo de la temporada; todo un éxito de crítica y público, con mucho ruido mediático y un 9’4 en IMDb. Confieso que he ido retrasando dicho momento por puro acojone: este fenómeno  televisivo tiene tantos adeptos que es fácil herir alguna que otra sensibilidad, pero es mi deber como bloguera comentarlo y yo siempre cumplo con mi deber (aplausos de la masa enfervorecida).


Veamos, voy a empezar por lo fácil. Se trata de una miniserie de ocho episodios de la HBO, de género policial. El drama se centra en dos detectives del Departamento de Policía de Louisiana (Woody Harrelson y Matthew McConaughey) que trabajaron juntos en los años 90. En el 2012, ambos son interrogados por separado sobre su caso más notorio: el macabro homicidio de una prostituta en 1995 por un aparente asesino en serie. Mientras rememoran el caso, el pasado y la relación de ambos durante los últimos 17 años se convierten en el foco principal de la historia, abriendo viejas heridas sin cicatrizar.


Los protagonistas están enormes, tan enormes que a veces se pasan y resultan exagerados con esos arrebatos que les dan y esos acentazos del sur que se gastan. Los diálogos entre ellos son muy rayantes, llenos de discusiones sobre la fe y la moralidad, dejando claro que aquí la relación de amor-odio-dependencia  entre los dos policías prima por encima de la propia resolución del caso.


La atmósfera que les rodea es inquietante, perturbadora pero con una estética tan potente que resulta hipnótica. Todo es decadencia y desasosiego, violencia y sexo con mujeres que si no son putas están desequilibradas o ambas cosas a la vez. También hay continuos guiños al mundo de H.P. Lovecraft, que situaba los cultos paganos precisamente en los pantanos de Lousiana donde se desarrolla la acción. Los enigmáticos Carcosa,  El Rey Amarillo o esa sensación de que el ser humano es diminuto y no puede llegar conocer todos los misterios del universo, son puro terror cósmico lovecraftiano.


El resultado final es como una película de ocho horas, con cuidadísimos detalles técnicos (fotografía, localizaciones, música, títulos de crédito…) y un guión fuera de lo normal. Tan fuera de lo normal que, aunque en conjunto me ha gustado, me cuesta creer el éxito que ha tenido. Es densa y lenta, no apta para todos los públicos. A mí, sinceramente, me aburrió bastante hasta la mitad del cuarto capítulo, cuando parece que la acción comienza a aumentar. A partir de ahí ya mi paciencia se vio recompensada, al menos hasta llegar a ese final tan repentino y que deja tantos cabos sueltos, y a esos últimos diez minutos absolutamente desconcertantes, como cortapegados de otra serie.


Ahora la idea es hacer más temporadas que sólo compartirán título y guionista; tanto el reparto como la trama y el director cambiarán. Hay mucha rumorología sobre la segunda temporada (ya confirmada), pero al parecer tendrá tres protagonistas y se rodará en varios rincones desconocidos de California. En principio se contará la historia oculta del sistema de transporte de EEUU y aparecerán mujeres duras y hombres malos. El casting aun no ha empezado, pero se baraja el nombre de Brad Pitt como secundario (no como protagonista como se decía hace tiempo). Pase lo que pase y actúe quien actúe, no me cabe la menor duda de que el primer episodio romperá todos los records de audiencia. Cría fama y échate a dormir.

1 comentario:

  1. Yo todavía albergo la esperanza de que Pitt sea uno de los principales... Una razón más para engancharse a la segunda

    ResponderEliminar