viernes, 22 de julio de 2016

El Ministerio del Tiempo

Desanimada por la cancelación de El Caso, producción con la que me estrené en cuanto a series españolas en este blog, he tardado un tiempo en escribir esta reseña. Llamadlo cobardía, pereza, miedo, desencanto o Nabucodonosor, al final el resultado es el mismo. El Ministerio del Tiempo tiene como ventaja sobre El Caso su gran éxito en redes sociales, lo que le ha llevado a tener una legión de fans autodenominados "ministéricos". Pero hablemos primero de la serie y luego ya comentaremos sus posibilidades para continuar en pantalla.


Se trata de una serie de televisión española de género fantástico, cuyo argumento gira en torno a los viajes a través del tiempo. De nada. Prosigo. El Ministerio del Tiempo es una institución gubernamental secreta cuya existencia sólo conocen monarcas, presidentes y un número muy reducido de personas. El paso hacia otras épocas se realiza a través de una serie de puertas situadas en los sótanos del ministerio. Los agentes o funcionarios del mismo, provienen de distintas épocas y se encargan de detectar e impedir que algún intruso viaje en el tiempo y cambie la historia para su beneficio. Cuidan del pasado para que el presente no cambie.

Los protagonistas de la serie son los componentes de la última patrulla reclutada: un honorable soldado de los Tercios de Flandes condenado a muerte en 1569 (un Nacho Fresneda espléndido en su papel); una de las primeras mujeres en asistir a la Universidad de Barcelona a finales del siglo XIX (Aura Garrido), cuya inteligencia y conocimientos la convierten en jefe del equipo; y un enfermero del Samur de la época actual (Rodolfo Sancho). Al proceder de diferentes épocas, cada uno tiene distintos puntos de vista y formas de actuar, además de sus propios traumas y problemas familiares, agravados por su situación de viajeros temporales. No es fácil anteponer las normas a los sentimientos y al fin y al cabo ¿a quién no le gustaría poder dar marcha atrás en el tiempo y corregir alguno de nuestros errores pasados?



Es entretenida, divertida y original, dado que la ciencia ficción no es un género muy común en el cine y la tv españoles. Además, el guión mezcla a la perfección historia, ficción, aventuras, drama y comedia, con numerosos guiños a la forma de ser de los españoles y sus políticos (no olvidemos que el ministerio depende del gobierno de España) y referencias a personajes y hechos históricos por todos conocidos. Repasa la historia de España sin hacer sentir al espectador como que ha vuelto al colegio, explicando hechos reales y mezclándolos con ficticios sin tomarnos por tontos. Además, razona de manera rápida y sencilla el problema de las paradojas y la relatividad temporal.

Normalmente las ficciones españolas no pueden competir con las extranjeras debido a la falta de tiempo y dinero de las productoras patrias. Esta serie parece echar abajo este prejuicio. No sólo por el guión, sino por la fotografía y el vestuario, que también son excelentes. Junto al excelente equipo técnico, destaca la gran cantidad de actores españoles conocidos que aparecen y, aunque hay alguna que otra teta gratuita, podría decirse que es una serie para todos los públicos, sin que esto la haga ñoña ni insulsa.



Y ahora pongámonos serios y estirémosles de las orejas a los señores de la 1: yo sólo he visto la primera temporada, de ocho capítulos, pero como os comento me ha parecido extraordinaria. Al parecer la segunda temporada ha tenido un bajón de audiencia (se ha hablado de “mínimo arqueológico”), lo cual tampoco me extraña visto que sus trece capítulos (¡trece! ¡qué diferencia con la primera!) se emitieron en dos bloques interrumpidos por dos desconcertantes semanas de vacío existencial. A pesar de ello, se ha llevado varios premios importantes a nivel nacional, va a adaptarse en China y Portugal y los ministéricos han creado incluso una petición en change.org para que Netflix retome la serie si rtve la rechaza.

Para terminar sólo quiero hacer la reflexión de que es difícil que una serie de la televisión pública consiga las mismas audiencias en prime time que otra emitida en una cadena privada en abierto, por mucho que sea de calidad superior. Además, El Ministerio puede verse online en la web de rtve o en otras plataformas como Netflix o Yomvi, y las visualizaciones en dichas fuentes no cuentan para las audiencias ¡meeeec! ¡error! De momento no se ha anunciado ni su renovación ni su cancelación, pero es probable que el movimiento fan no compense y la agencia de viajes en el tiempo eche el cierre. Aunque así sea, yo sólo puedo recomendaros que la veáis. Palabra de seriófila no patria.

jueves, 23 de junio de 2016

El Caso. Crónica de sucesos.

Hace poco escribí mi primer post sobre una serie de animación, y desde entonces llevo dándole vueltas a la idea de escribir sobre una serie española. Los que me conocen saben que, desgraciadamente, tengo una relación complicada con la ficción made in Spain. Creo que tenemos directores, guionistas y actores de gran talento pero totalmente desaprovechados. No sé si echarle la culpa de este desencuentro a los bajos presupuestos, a los actores que no vocalizan, a las tetas gratuitas o al cine de Hollywood por llenarme los ojos y la cabeza con sus superproducciones. Aun así yo lo intento, porque una tiene su corazoncito y su orgullo patrio y no quiere dejarse desanimar por un par de malas experiencias...pero en ocasiones me lo ponen muuuy difícil para que recupere mi fe en el cine español...


Alentada por mi hermana y en mi lucha por reconciliarme con mis compatriotas (y porque los martes por la noche no hacían nada más que me gustara, para qué lo voy a negar), comencé a ver sin demasiada esperanza "El Caso", en TVE. Ya desde el principio me gustaron tanto la ambientación como el vestuario, y se me puso una sonrisilla en la cara al ver a Fernando Guillén Cuervo (Jesús Expósito), que para mí resulta poco creíble como actor, pero me parece simpático. Menos gracia me hizo ver a la serrana Verónica Sánchez (Clara López, Massiel para los amigos), pero he de decir que tanto su actuación como su personaje supusieron una grata sorpresa para mí.

Esta serie de género detectivesco está ambientada en la España de los setenta y se inspira en algunos de los crímenes que aparecieron en  portada en el semanario "El Caso", un periódico sensacionalista, y morboso cuyo estilo inigualable hizo que fuera uno de los de mayor tirada de la época. En cada capítulo se nos presentan uno o dos crímenes, atractivamente repulsivos y autoconclusivos; y se ofrecen algunas pinceladas sobre las vidas privadas del personal del semanario y alguna pista sobre el caso central de la serie. La elección de los casos me parece muy acertada, pues son entretenidos aunque en ocasiones la resolución de los mismos sea algo simplona y demasiado dependiente de casualidades y chiripas. Además, se aprovecha para realizar un retrato social de la España franquista, una España machista en la que se perseguía la homosexualidad, la corrupción policial estaba a la orden del día y  la censura periodística impedía en muchos casos contar los hechos tal y como eran (cuánto han cambiado las cosas, ¿no?).


Lo mejor que tiene esta serie es que no es pretenciosa y entretiene, se puede acceder fácilmente a los capítulos en la web de rtve y los casos que se nos muestran son tan interesantes que incluso se ha conseguido que el semanario vuelva a los kioscos casi 20 años después de cerrar sus puertas. Otro gran acierto de los productores es en mi opinión la creación de "Las claves de El Caso", una especie de mini documentales sobre los casos expuestos en capítulos anteriores, donde se profundiza sobre la verdadera naturaleza de los mismos y se muestran las diferencias con su adaptación a la pequeña pantalla.

A pesar de que la dudosa programación de la cadena pública no ha favorecido en absoluto a esta serie, estrenándola durante las vacaciones de Semana Santa y enfrentándola a otras series con gran número de espectadores e incluso a importante partidos de fútbol, se consiguieron unos niveles de audiencia decentillos (un fiel 10%) y se dejaron varias tramas abiertas a la espera de que haya segunda temporada. Y así lo espero, que para una vez que me engancho a una ficción patria...


Calificación en IMDb: 7'5

Mi calificación: 7

PS: Horas después de publicar este post, rtve confirmó la cancelación de esta serie. Esperemos que otra de las prometedoras ficciones españolas, "El Ministerio del Tiempo" (próximamente en este blog) corra mejor suerte.







lunes, 13 de junio de 2016

Mr. Robot

Tras finalizar la segunda temporada de mi guilty pleasure "Jane the Virgin", me dediqué a vagar por el catálogo de series de mi tele en busca de un nuevo entretenimiento para mis horas muertas. Entre numerosas ofertas, encontré una serie que ya me habían recomendado mis amigos frikorros (pero los frikorros extremos), así que decidí darle una oportunidad. Y me he papado sus diez capítulos de 49 minutos en tres dias. Señoría, no tengo más que decir. Bueno, sí:

Mr. Robot ha sido descrita como thriller psicológico, pero yo añadiría que es un thriller psicológico muy actual y la encarnación de los peores miedos de las grandes empresas que supieron sacar tajada de la crisis económica mundial. Se tratan temas tales como la mencionada crisis político-económica, la seguridad cibernética, la vigilancia masiva a través de la tecnología, el cyberacoso, las drogas, la extorsión...temas todos controvertidos e incómodos, que subyacen en nuestro día a día aunque a veces prefiramos mirar hacia otro lado para no vivir en un mundo de conspiranoias.


Elliot Alderson es un joven antisocial y ojeroso, administrador de sistemas en la empresa de seguridad cibernética Allsafe. Sus amistades se limitan a su psiquiatra, una amiga de la infancia, su vecina-camello y su pez Qwerty. En su tiempo libre utiliza sus habilidades para hackear a toda persona que se cruza en su camino y denunciar injusticias de manera anónima. Un día Elliot es reclutado por Mr. Robot, un misterioso personaje que ha reunido a un grupo de hackers antisistema bajo el nombre de fsociety con el propósito de destruir la multinacional más poderosa del mundo, Enron (Evil Corp para los amigos). 


El protagonista es un antihéroe drogadicto, paranoico, decepcionado con la humanidad y la existencia, que arrastra graves problemas sociales. Y aun así se le coge cariño. Para hacer las cosas más interesantes, además, este inadaptado se convierte en el narrador y voz en off de la historia, dando lugar a momentos algo confusos y erráticos en los que cuesta distinguir realidad de ficción. Y eso también tiene gancho. Tanto el guión, como la estética, como los personajes y los actores que les dan vida, son muy acertados. Lo cual tiene mérito ya que se trata de un reparto de desconocidos a excepción hecha del hasta ahora estrellado Christian Slater.


Puede que no se trate de una serie muy comercial, ya que es oscura y malrollera y utiliza términos informáticos de manera muy técnica y precisa, lo cual limita bastante el público objetivo. A pesar de todo ello, se llevó numerosos premios en 2015, entre ellos dos Globos de Oro por mejor serie drama y actor secundario (Slater); y justo dentro de un mes, el 13 de julio, se estrenará la segunda temporada con otros diez capítulos. Así que debe haber más ciber-paletos como yo que le han encontrado la gracia más allá de las numerosas líneas de programación y han quedado cautivados por este entramado millennial asesorada por Anonymous. Recordad: our democracy has been hacked.

Calificación en IMDb: 8'8

Mi calificación: 9







lunes, 6 de junio de 2016

Rick y Morty

Vuelvo a la carga con mi regularidad habitual (ejem, ejem) para hablaros, por primera vez en este blog, de una serie de animación. Tranquilos, que no se trata de una serie de animación cualquiera, no son dibujitos para niños ni nada que se le parezca. Tampoco es la típica serie de animación para adultos. Es algo diferente a lo que estamos acostumbrados y por eso merece ser la first but not last de su género en mi blog. 

Para empezar, su productor es Dan Harmon, el creador de Community, y sólo por eso ya se le debe dar una oportunidad. Aunque la última temporada (sí, esa que se estrenó online gracias a la presión de los fans) resultara algo decepcionante, no se puede negar que fue una serie llena de personajes redondos y momentos sublimes, como ya comenté en este otro post. Rick & Morty no es Community ni se le parece, pero el amor de Harmon por el meta-humor sigue quedando patente y de hecho se ve potenciado por la libertad creativa que permite la animación.  

Dicha libertad creativa se ve también favorecida por su clasificación "para adultos", claro, puesto que de otra manera ni Adult Swim (el Cartoon Network para adultos), ni TNT España habrían podido emitir esta producción con momentos desagradables y situaciones definitivamente depravadas. La animación suaviza todo esto y además permite crear todo un universo de ciencia ficción con bajo presupuesto. Bichos extraterrestres, planetas desconocidos, viajes espacio-temporales...la imaginación es el límite y os aseguro que los guionistas de esta serie van sobrados de imaginación y creatividad. 

Sinceramente, a mí el primer capítulo me gustó y me desagradó a partes iguales, probablemente debido a la gran cantidad de eructos por minuto que emite el protagonista, Rick Sánchez. Menos mal que mi chico me animó a continuar con la temporada, porque la verdad es que no sé si el ratio ventosidades/tiempo disminuyó o yo he acabado acostumbrándome, igual que al tartamudeo de sus personajes. 


Entrando someramente en materia, os diré que la serie tiene como protagonistas al susodicho Rick, un científico alcohólico (ligeramente inspirado en el Doc de Regreso al Futuro) que ha pasado gran parte de su vida viajando por el universo a través de diversas dimensiones temporales; y a su nieto Morty, un adolescente inseguro y acomplejado, con un bajo cociente intelectual. Juntos viven todo tipo de aventuras extradimensionales, aunque la serie también muestra los problemas "terrenales" que tiene Morty, como su inadaptación a la escuela o las continuas discusiones con  su hermana Summer y unos padres eternamente al borde del divorcio. 

Total, que se trata de una serie de ciencia ficción animada y para adultos; que tiene dos temporadas de 11 y 10 capítulos respectivamente y una tercera en el horno (por algo será); que os recomiendo que no os dejéis llevar solamente por la impresión que os cause el primer capítulo y que os aseguro que reiréis y fliparéis a partes iguales. Win win. 

Calificación en IMDb: 9'3 
 
Mi calificación: 9'6

lunes, 2 de mayo de 2016

Real humans

Real humans, Äkta människor para los amigos, es una serie de ciencia ficción que no he visto en versión original porque…bueno, por lo que sea mi sueco está algo oxidado. Las producciones escandinavas llevan un tiempo pegando fuerte, aunque siempre girando alrededor de la temática noir: misterios y asesinatos con una gran dosis de duro retrato social. Son precisamente esas pinceladas de swedish way of life, tan alejadas de nuestro estilo de vida mediterráneo (por llamarlo de algún modo), las que hacen que  esta producción ci-fi resulte aún más sorprendente.

Se nos presenta un futuro no muy lejano, o un presente alternativo, (quizás más bien un pasado alternativo, porque los móviles son de los de teclas y los coches unas antiguallas) en el que los robots de compañía de aspecto humano, llamados hubots, son habituales. Estos androides son capaces de pensar y tomar decisiones, siendo aptos para realizar todo tipo de trabajos a cambio tan solo de una recarga de baterías al final del día. Se compran en tiendas y si se estropean simplemente se reparan o se cambian por otros. Como cualquier electrodoméstico.


El problema de que estos aparatos se asemejen tanto a las personas es que surge un grupo organizado de detractores, autodenominados “verdaderos humanos”, que se sienten amenazados por los hubots, ya que según ellos les roban sus empleos, rompen sus familias, y siempre tienen una exasperante sonrisa programada en la cara. Además, algunos de los robots son hackeados infringiendo los protocolos legales y llegando a transgredir las leyes de la robótica de Asimov, perdiendo los filtros que les impiden desobedecer o dañar a los humanos.

Encontramos varias tramas que se entrecruzan y ofrecen un mosaico de los dilemas que presenta la creación, o la convivencia, con máquinas humanizadas. Se plantean los clásicos debates filosóficos y dilemas éticos sobre la humanidad, los derechos y las libertades: ¿quién es responsable de las acciones de un hubot?, ¿tienen derechos?, ¿deberían recibir un salario por su trabajo?, ¿qué es lo que nos hace humanos? Resulta cuanto menos perturbador ver a estos robots tan aparentemente humanos, siendo vejados y usados como vulgares objetos. Al fin y al cabo, sostienen muchos, eso es lo que son, simples muebles, máquinas como la batidora o el ipad.


La serie combina ciencia ficción clásica trasladada a nuestros días, con algo de romance, misterio y drama, coronados con denuncia social de esta que te deja cierto mal cuerpo y un runrún en la cabeza. Y todo esto con un bajo presupuesto: unas lentillas por aquí, un no pestañear, un efecto de sonido por allá y voilá, ya tienes un hubot.

Se estrenaron dos temporadas de diez capítulos de una hora cada una, en 2012 y 2013. A pesar de ser cancelada tras la segunda entrega sin un final cerrado, la serie tuvo tanto éxito en su país de origen, que fue comprada por televisiones de 50 países más, siendo calificada como obra maestra de la ciencia ficción actual. Y por supuesto ya tiene en marcha un remake en EEUU.

Mi conclusión es que los suecos son más raros que un perro verde, que se puede hacer ciencia ficción resultona con poco dinero, y que ya nunca miraré a mi smartphone con los mismos ojos. ¡Ah! Y que la serie mola, que casi se me olvida. Echadle un ojo y me comentáis; kolla upp det och jag säger.


Calificación IMDb: 8

Mi calificación: 7

miércoles, 27 de abril de 2016

The booth at the end

Vamos a empezar de nuevo. Vamos a fingir que nunca dejé de escribir este blog de series. Vamos a retomar lo nuestro desde donde lo dejamos. Al fin al cabo, sólo han sido unos mesecillos de Kit-Kat (y las penas con chocolate son menos).

Como ya os dije aproximadamente antesdeayer, tengo debilidad por las series de temporadas cortas, con capítulos igualmente cortos pero muy potentes. En realidad es como un amor-odio, una adicción a algo que te pega un chute muy fuerte pero que se acaba enseguida (la sustancia en sí, porque desde luego los efectos perduran).


Un buen ejemplo de ello es esta serie norteamericana que se estrenó online en 2010 con una temporada de tan solo cinco capítulos de veinte minutos cada uno, y nos regaló una segunda entrega en 2012, de la misma duración. Aunque no sé si deciros que el regalito está envenenado, pues más que revelarse misterios, se plantean nuevas y más interesantes dudas.

Pero vayamos por orden, ¿de qué va la historia? Prefiero no decíroslo. Bajad esas cejas, que no soy la timadora del blog de series. Simplemente, por experiencia personal, creo que es mejor empezar a verla con la menor información posible, maximizando así el impacto que ya de por sí tiene esta producción de bajo presupuesto. Sólo os diré que absolutamente toda la historia transcurre en una típica cafetería americana, en el reservado del fondo (“The booth at the end”, ¿lo pilláis?).

Los hechos se van narrando a través de las conversaciones o entrevistas mantenidas entre varios personajes y un enigmático hombre, un hombre con una libreta y posiblemente sin casa, pues se pasa las 24 horas del día en el bar. A lo mejor es que es español. El misterioso hombre del cuaderno, ese que debe tener el culo plano y una alta tolerancia a la cafeína, está magistralmente interpretado por un para mí hasta ahora desconocido Xander Berkeley. No es fácil mostrar tanta indiferencia e inquietar tanto diciendo tan poco.


Sin hablar directamente de la trama, puedo decir que lo más interesante de esta producción es por un lado su parca puesta en escena, lo cual obliga a que todo el peso recaiga sobre el guion; y por otro lado su manera de explorar los límites morales, el precio que cada uno puede estar dispuesto a pagar a cambio de cumplir sus sueños, profundizando en los miedos y motivaciones humanos.

Seguramente este drama no sea para todos los públicos, entiendo que el plano-contraplano puede hacérsele pesado a un alto porcentaje de espectadores. Hay quien dice que es una serie para saborearla poco a poco, pero mi chico y yo no pudimos evitar tragarnos una temporada por tarde. Tiene mucho gancho, pero eso sí: no esperéis finales cerrados.

Así que os dejo con la pregunta clave: ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar con tal de conseguir lo que quieres? Yo estoy dispuesta a retomar mi blog para poder comentar cada vez con más gente las series que me fascinan (y las que no también, el caso es comentar).

Calificación en IMDb: 8’6


Mi calificación: 8’6