Tras finalizar la segunda temporada de mi guilty pleasure "Jane the Virgin", me dediqué a vagar por el catálogo de series de mi tele en busca de un nuevo entretenimiento para mis horas muertas. Entre numerosas ofertas, encontré una serie que ya me habían recomendado mis amigos frikorros (pero los frikorros extremos), así que decidí darle una oportunidad. Y me he papado sus diez capítulos de 49 minutos en tres dias. Señoría, no tengo más que decir. Bueno, sí:
Mr. Robot ha sido descrita como thriller psicológico, pero yo añadiría que es un thriller psicológico muy actual y la encarnación de los peores miedos de las grandes empresas que supieron sacar tajada de la crisis económica mundial. Se tratan temas tales como la mencionada crisis político-económica, la seguridad
cibernética, la vigilancia masiva a través de la tecnología, el
cyberacoso, las drogas, la extorsión...temas todos controvertidos e
incómodos, que subyacen en nuestro día a día aunque a veces prefiramos
mirar hacia otro lado para no vivir en un mundo de conspiranoias.
Elliot Alderson es un joven antisocial y ojeroso, administrador de sistemas en la empresa de seguridad cibernética Allsafe. Sus amistades se limitan a su psiquiatra, una amiga de la infancia, su vecina-camello y su pez Qwerty. En su tiempo libre utiliza sus habilidades para hackear a toda persona que se cruza en su camino y denunciar injusticias de manera anónima. Un día Elliot es reclutado por Mr. Robot, un misterioso personaje que ha reunido a un grupo de hackers antisistema bajo el nombre de fsociety con el propósito de destruir la multinacional más poderosa del mundo, Enron (Evil Corp para los amigos).
El protagonista es un antihéroe drogadicto, paranoico, decepcionado con la humanidad y la existencia, que arrastra graves problemas sociales. Y aun así se le coge cariño. Para hacer las cosas más interesantes, además, este inadaptado se convierte en el narrador y voz en off de la historia, dando lugar a momentos algo confusos y erráticos en los que cuesta distinguir realidad de ficción. Y eso también tiene gancho. Tanto el guión, como la estética, como los personajes y los actores que les dan vida, son muy acertados. Lo cual tiene mérito ya que se trata de un reparto de desconocidos a excepción hecha del hasta ahora estrellado Christian Slater.
Puede que no se trate de una serie muy comercial, ya que es oscura y malrollera y utiliza términos informáticos de manera muy técnica y precisa, lo cual limita bastante el público objetivo. A pesar de todo ello, se llevó numerosos premios en 2015, entre ellos dos Globos de Oro por mejor serie drama y actor secundario (Slater); y justo dentro de un mes, el 13 de julio, se estrenará la segunda temporada con otros diez capítulos. Así que debe haber más ciber-paletos como yo que le han encontrado la gracia más allá de las numerosas líneas de programación y han quedado cautivados por este entramado millennial asesorada por Anonymous. Recordad: our democracy has been hacked.
Calificación en IMDb: 8'8
Mi calificación: 9
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