La temporada veraniega ya está
aquí y con ella se van cerrando casi todas las series que nos han acompañado
durante el invierno. La semana pasada le llegó el turno a esta adaptación libre
de la película del mismo nombre que rodaron los hermanos Coen en 1996. Ya hace 20
años, esta historia policiaca llena de humor negro llamó la atención de crítica
y público, ganando dos Oscar: al mejor guión original y a la mejor actriz
principal para Frances McDormand. Esta revisitación de la historia corre a
cargo de un director distinto, pero bajo la producción ejecutiva de los Coen. Y
por si os lo estabais preguntando: sí, ha valido la pena revivirla.
La serie toma como eje principal la
trama de la película y la adorna con personajes y situaciones nuevas, pero
consigue no perder el tono irónico y en ocasiones absurdo marca de la casa
Coen. Pocas ficciones logran un sobresaliente en IMDb, y ésta tiene un
merecidísimo 9’2. Aunque, si hacemos caso a lo que se nos dice al comienzo de
cada capítulo, no se trata de una ficción sino que se basa en unos hechos
reales acontecidos en Minnesota en 2006 (algo curioso dado que la peli es de 10
años antes).
Los hechos comienzan cuando un asesino
a sueldo llega a un pequeño pueblo de Minnesota y coincide en el hospital con un
tranquilo vendedor de seguros, poniendo su vida patas arriba. Su encuentro
desencadenará una espiral de violencia que distorsionará la tranquilidad
habitual de este pueblo apartado y cubierto por la nieve.
La mayor parte del éxito de esta
producción reside en su estupendo guión y en su magnífico elenco. Tenemos a
Martin (Bilbo) Freeman como el apocado y ninguneado vendedor de seguros que
decide dar un cambio radical a su vida por una vía nada anodina; a Allison Tolman,
el descubrimiento de la temporada, una agente de policía que podría parecer
torpe o frágil pero que no se rinde en su lucha por resolver un caso que le
obsesiona. Y por último tenemos a un impagable Billy Bob Thornton como el
malicioso asesino a sueldo al que le gusta crear pequeños malentendidos sólo
para ver las reacciones de la gente. Es irónico, perverso, tranquilo y actúa en
todo momento con total impunidad: lento pero seguro. Me recuerda a aquella
mofeta de dibujos animados que siempre alcanzaba dando saltitos a unas pobres
gatas que trataban de huir despavoridas.
Además de estos personajes principales, encontramos toda una galaxia de secundarios curiosos que resultan cómicos sin pretenderlo y que están encarnados por actores que a muchos de vosotros os sonarán. Pero no os encariñéis de nadie porque aquí se muere hasta el apuntador, avisados quedáis.
Y nada, ahora que ya os he
recomendado la serie, os dejo el tráiler y me voy a ver si consigo la película,
que estoy con el mono y además me apetece comparar...pero eso no es malo, ¿no?
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